- Hablaré mañana a la hora del recreo.- asentí.
- ¿Y qué hago con el tema de Joel?
- Si yo fuera tú, iría.- dijo.- Porque así te quitas un peso de encima, hablas con él y le dices que ya te has cansado.
- Bueno, de acuerdo... iré.
- ¡Genial! ¿Algo más que decirme? Confía en mi, eh.
- No.- pensé y se me vino algo a la cabeza.- O sí. Espera, ayer Nacho me dijo que me pensara si quería salir con él.
- Dios mío, ¡que fuerte, tía!
- ¿Porqué?
- Por nada.- apartó la mirada.- Quiero decir, yo le diría que no.
- Oh... ¿por?
- No me atrae confianza.- su móvil empezó a sonar.- ¿Sí? ¿Quién es? Ah, hola mamá.- una pausa.- ¿Tengo que ir ahora?- pausa.- Joder...- otra pausa.- Bueno... de acuerdo, ya voy.- dejó el teléfono.- Tengo que ir a comprar la cena... lo siento, podemos quedar mañana.
- No te preocupes, gracias por ayudarme.
- No des las gracias. Bueno, hasta luego.
Vi como se alejaba. Ya eran casi las dos. Me dirigí a casa para ir a comer, me moría de hambre. Mientras cruzaba una calle tenia la sensación de que alguien me seguía desde hacía ya un rato. Me giré de golpe. Vi una pierna que se escondía en la esquina donde había dado la vuelta. Asustada fui a ver quién había ahí. Vi a una persona vestida de negro. Más o menos de mi altura.
- ¿Quién anda ahí?- grité con una voz seca.
Nadie respondió, estaba claro que no respondería. Seguí andando y seguía teniendo esa sensación. Llegué a casa, estaba a salvo, saludé a mis padres y empecé a comer. Al terminar me subí a mi cuarto, tenía que ir con el chico de las llamadas miesteriosas, que por las pistas de Anaís, supongo que era Joel, el chico nuevo. Pero nosé... Chateé un rato por el WhatsApp y estuve un buen rato revisando las redes sociales y me acabé durmiendo. Me desperté con algo húmedo en mi cara. Hacía una calor tremenda, estaba sudando. Eran las seis. Las seis de la tarde. ¡Oh no! Había quedado con ese tío a las cinco. Mierda. Salí pitando de casa y llegué a la plaza donde habíamos quedado. No había nadie excepto una madre con dos niños jugando a la pelota. Pero a la lejanía vi a Pablo, a mi mejor amigo sentado en un escalón. Me acerqué.
- Hola, Pablo.- saludé.
- Anda.- su expresión de su cara parecía algo sorprendida.- ¿Qué tal, qué haces por aquí?
- Bueno, había quedado con un chico misterioso, que me ha estado llamando en privado estos días diciendo que yo le gustaba. Se lo he dicho a Anaís y me ha dicho que cree que es Joel, el chico nuevo de nuestra clase.
- Ostras, no lo sabía. ¿Porqué no me lo has dicho antes?
- No sabía lo que tenía que hacer.- suspiré. Me pareció increíble como Pablo no había insitido en que le dijese más detalles sobre el tema, pero decidí que tampoco le iba a decir nada.- Y tú, ¿que hacías aquí?
- Había quedado con Raquel. Una chica de segundo. Pero no se ha presentado y la llevo esperando desde hace más de una hora.
- Oh, ¿porqué no llamas?
- Lo he intentado pero me salta el contestador. Joder.- hizo una pausa para apagar el móvil.- ¿Qué tal con Melany?
- Fatal. Me bloqueó en las redes sociales.
- Dios... ¿enserio?
- Sí. No tengo ni idea de que hacer con ella, pasa de mi.
- Pero, a ti ¿te gusta Nacho?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te parece esta novela? Dame tu opinión con un comentario :)