Después de saludar a mi madre, me subí a mi cuarto hacer los deberes: dos páginas de un dosier de matemáticas, una página de historia y leer un libro asqueroso en inglés. Tardé como una hora en hacer todo. Me puse a ver vídeos en YouTube para entretenerme un rato y desconectar. ¡Se me olvidaba! Agregué a Nacho en los contactos. Bajé a cenar. Había sopa de verduras y tortilla, algo sencillo que me apetecía bastante. Eran ya las diez y media.
- Mamá, papá. Me voy a dormir. Estoy algo cansada.
- Vale. Que duermas bien, cariño.- asintió mi madre.
- Eso, un beso. - dijo mi padre.
Subí y me puse el pijama, me hice un moño mal hecho y me acosté. Me dormí al instante. El día de mañana fue bastante bien, lo mismo el jueves.
Llevaba ya tres días sin hablar con Melany, me evitaba todo el rato. Menuda había montado sin saber lo que pasaba. Así que decidí llamar a Melany después de cenar. Sonaron cuatro pitidos, por fin, me lo cogió.
- María, ¿qué quieres?- su voz sonaba algo molesta.
- Era para saber porqué me evitas.
- Ya lo sabes, así que déjame en paz.
- Pero tía, tu y yo siempre hemos sido amigas, ¿a qué viene esto ahora? Te lo juro, nosé que te pasa, dímelo porfa vor me tienes preocupada.- dije con una voz algo triste.
- Mira, vete ya a dormir, me empiezas a cansar, que quieres que te diga.
- Va, Mel... porfa vor, ¿¡qué narices te pasa!?
- Joder, estoy harta de todo. Te voy a dar una pista. Tiene que ver con Nacho.- reprochó.
- ¿Qué tiene que ver él?
- Me das envidia, por lo de Nacho, ¿vale? Venga, ¿contenta? Ale, ya te lo he dicho. Adiós.
- No entiendo nada.
- No te hagas la tonta...
- Pero...
- No me interrumpas, joder. He dicho, adiós, así que buenas noches. Chao.
Me colgó. Estuve petrificada unos segundos, pero, no me digas qué, a Mel... le gusta Nacho. O al menos es lo que parece según lo que me ha dicho, ¿¡cómo no lo había pensado antes!? Mierda. Llamé rápidamente a Nacho, le tenía que rechazar la cita para estar bien con Melany, pero... quiero conocerle, y... vale, por una quedada de amigos no se va a morir... además no tengo nada que hacer mañana así que; lo siento Melany pero no dependo de ti. Llamé a: NACHO.
- ¿Diga? ¿Quién es?
- Ho... hola, Nacho. Soy yo, María.
- ¡Hola! Pensaba que no ibas a llamar, eh.- hizo una pausa mientras se reía.- ¿te lo has pensado lo de mañana?
- Claro. Y es que, sí, quiero ir.
- ¡Genial! Tengo ganas de que sea mañana. Quiero verte.
- Gracias, pero solo como amigos.
Al otro lado de la línea creo que se quedó de piedra cuando le dije eso. Normal, pero ¿qué iba hacer sino? No quería estar mal con Melany, y ya que quedo con él por puro aburrimiento, no va a pasar nada, o eso creo.
- Oh... bueno; vale. Quedamos delante del chiringito ''Bambú'' a las doce para ir a comer hasta las seis o así. ¿Okey?
- Mmm... está bien. Supongo que podré. Te envío un mensaje luego. Buenas noches.
- Adiós, preciosa. Deseo que sea mañana, se puntual, eh.
Colgué. No se muy bien porque había aceptado esta invitación, ahora me sentía mal por Melany. Soy imbécil.
Fui al baño a lavarme la cara para refrescarme y me lavé los dientes. Me puse el pijama y me acosté. Eran las once.
A la mañana siguiente me levanté a las ocho. Empecé a rebolcarme bajo las sábanas para dormir un ratito más pero al final decidí levantarme. Había quedado con Nacho a las doce, en el chiringito...
